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Nacido como Raúl Alberto Antonio Gieco en Cañada Rosquín, comuna del departamento santafesino San Martín, trabajó desde niño para comprarse su primera guitarra. Ya de adolescente tomó una decisión -o quizás simplemente fluyó de manera armoniosa- que le iba a dar forma a una de las marcas identitarias de su prolífica carrera: integró bandas de folclore y de rock. Por su ductilidad entre ambos géneros y numerosas presentaciones en vivo en diversos pueblos, logró un cierto reconocimiento y con dieciocho años se mudó a la ciudad de Buenos Aires, sin que nadie lo haya ido a buscar, como a Cachito, el campeón de Corrientes.
Ya en la Capital Federal entra en contacto con artistas de la talla de Gustavo Santaolalla, David Lebón y Litto Nebbia, y comienza a tocar en vivo, muchas veces abriendo shows de otros músicos y participando de festivales. Así, y aunando cada vez más las tradiciones rockeras y folclóricas, se consolidó como uno de los pilares de la música popular argentina y en la década de los ’80 alcanzó reconocimiento internacional, haciendo que el apodo “el Bob Dylan argentino” le quede chico. En esos años dio forma, con Santaolalla como productor, a uno de sus trabajos más profundos y ambiciosos: De Ushuaia a la Quiaca . A medida que crecía su popularidad, proporcionalmente lo hacía su compromiso con las causas justas del mundo: desde su apoyo irrestricto a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, hasta la colaboración artística con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de Chiapas y con Amnistía Internacional.
El siglo cambió, pero no así sus convicciones: algunas controversiales, que incluso afectaron comercialmente a su carrera (como la grabación del tema “Un minuto” junto al cantante de Callejeros Patricio Fontanet o el lanzamiento de la canción “Santa Tejerina” por la que fue denunciado por apología del delito), y otras reconocidas universalmente (como su proyecto Mundo Alas junto a artistas con discapacidades, que redundó en giras con espectáculos en vivo, una película documental y un libro). También podría haberse contentado con tocar junto a Mercedes Sosa, Pete Seeger, Pablo Milanés o Gilberto Gil, pero siempre continuó con su búsqueda artística y hasta abrió un show de Metallica en River con el proyecto de heavy metal Un León D-Mente , junto a la banda liderada por Andrés Giménez, y tocó en el Lollapalooza comandando a los músicos del grupo pop rock Infierno 18.
Sus trabajos discográficos se cuentan por decenas, e incluyen discos de estudio, registros en vivo, colaboraciones, recopilatorios y participaciones en bandas de sonido de películas. Ha compuesto y ejecutado canciones, es cierto, pero también himnos: “En el país de la libertad”, “Sólo le pido a Dios”, “Hombres de hierro”, “La colina de la vida”, “Cinco siglos igual”, “Los salieris de Charly”, “El ángel de la bicicleta”, y cómo no incluir en esta categoría a “Ojo con los Orozco”, el tema que nos recuerda que la música es, antes que nada, un lenguaje, uno con el que León crea y nos recrea como sociedad.
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Homenaje a León Gieco . El sábado 20 de noviembre, desde las las 18, los medios públicos transmitirán en vivo desde el CCK el evento León Cumple . Con dirección de Lito Vitale actuarán Víctor Heredia, Ricardo Mollo, Juan Carlos Baglietto, Teresa Parodi, Raúl Porchetto, Javier Malosetti, Ligia Piro, Lisandro Aristimuño, Eruca Sativa, Los Tipitos, Andrés Giménez, Liliana Vitale, Gustavo Santaolalla y Abel Pintos, entre otros. León Gieco estará presente para repasar, junto a Mex Urtizberea y Mikki Lusardi, los momentos más importantes de su carrera. El encuentro se podrá seguir a través de Radio Nacional, Nacional Rock, Nacional Folklórica, por la plataforma Cont.ar, el YouTube de la TV Pública, y el YouTube y la web de la agencia Télam. También se verá por los canales de Facebook y de YouTube del Centro Cultural Kirchner, el Ministerio de Cultura y la Secretaría de Medios y Comunicación Pública.
El domingo 21 a partir de las 18.30, en Tecnópolis también habrá conciertos para celebrar al gran músico. Se podrán seguir en vivo a youtube.com/Tecnopolis Argentina y por Facebook.
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Fuente: Tiempo Argentino