Promesantes expresan su amor por el Cristo de la Quebrada en la tradicional peregrinación
Puro amor y devoción bajo las estrellas. Un amasijo de gratitud, esfuerzo y satisfacción, eso transmite la expresión de fe más grande de Cuyo o el compromiso mutuo entre un pueblo y su Santo Milagroso, el que nunca les falla.
En un andar calmo, sin apuro, durante varias horas del sábado y en los primeros momentos de este domingo, varios miles de sanluiseños unen a pie la ciudad capital de San Luis con Villa de la Quebrada, en la tradicional peregrinación para rendir honores y dar gracias al Santo Cristo de esa localidad.
Abrigados, sonrientes y relajados; hombres, mujeres, jóvenes, hasta chicos y familias enteras iniciaron la caminata desde el Puente Favaloro rumbo al norte provincial. Luego de dos años, a raíz de la pandemia, la escena se volvió a repetir. Fue como un ansiado encuentro, un esperado momento para decirle gracias al Santo Cristo por los favores concedidos. Ya sean por salud, trabajo, por la familia, razones sentimentales, el anhelo cumplido de la casa o el auto propio o por ese negocio que al fin se inauguró, la alegría de los feligreses es notoria. O tal vez, por la caminata hacia la localidad norteña tras dos años sin poder hacerlo a raíz de la pandemia por Coronavirus.
Los auriculares, el termo y el mate, las camperas bien abrigadas, los gorritos de lana y las zapatillas cómodas son una postal en cada grupo de caminantes. A su vez, todos van unidos por la fe al Santo Cristo de la Quebrada.
Tras superar los primeros kilómetros, al llegar a La Punta, los peregrinos experimentarán su primera pausa para tomar un café o algo de agua.
Con más ganas y fuerzas encararán el tramo final en medio de la noche, aunque con las piernas cansadas por el largo trayecto, pero siempre con la alegría dibujada en sus caras, miles de promesantes llegarán a Villa de la Quebrada e ingresarán a la parroquia para, de rodillas y ante el Cristo, tributar su sacrificio en gratitud hacia sus milagros.
Fuente: ANSL