UNSL «Es necesario crecer culturalmente en la mirada de la accesibilidad y de la discapacidad»

Mariela Zuñiga, coordinadora del Programa Universidad y Discapacidad de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), fue elegida como integrante de la Comisión Ejecutiva de la Red Interuniversitaria de Discapacidad (RID) del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). En diálogo con Noticias UNSL, nos comenta cuáles son los desafíos y objetivos de esta función y la importancia de la creación de políticas en defensa de los derechos de las personas con discapacidad.

¿Cómo surgió la propuesta para integrar el Comité Ejecutivo de la RID?

Cuando comencé la coordinación en el Programa Universidad y Discapacidad en conjunto pasé a ser la representante de la UNSL en la Red Interuniversitaria de Discapacidad.

Hace un par de años vengo trabajando y participando en las mesas de trabajo de lengua de señas. El año pasado surgió una nueva mesa de trabajo de tecnología y por mi formación como profesora de ciencias de la computación me sentí muy cercana con la temática. Además, el año pasado comenzó a fortalecerse un trabajo en la región de Nuevo Cuyo, con una jornada presencial en San Juan y a partir de allí nos reunimos cada 15 días. Esa participación fue tomando cuerpo, no solamente al ser parte en las asambleas, sino al generar propuestas y poder articular con otras universidades.

Este año surgió la posibilidad de renovación de la Comisión Ejecutiva de la RID, que lo conforman diferentes universidades. Había dos (2) espacios nuevos para ocupar y se propuso que quienes se postularan deberían contar con el aval de las autoridades de su Universidad. La UNSL me dio el aval, presentamos todos los documentos y en asamblea se aprobó la propuesta.

A mí me interesa mucho estar en la gestión y formar parte de esta comisión para poder generar ideas y propuestas. En este espacio estaré junto al Ing. Ariel Savini, de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA). Recién estoy iniciando las reuniones de la Comisión Ejecutiva, enterándome de las dinámicas y los temas para poder avanzar en el trabajo. En agosto tendremos el primer plenario presencial, entonces comenzaremos a prepararnos para esa instancia.

¿Qué implica este nuevo rol para vos?

En el Programa buscamos generar políticas que nos trasciendan a las personas. El objetivo es generar propuestas que queden en la Universidad. Esto también forma parte en el mismo sentido de lo que realizaremos en la RID: el poder aportar, sistematizar cuestiones que sabemos que funcionan, generar redes de contacto con universidades que tienen o un avance o una resolución de algunas situaciones más efectivas, para que no estemos en todas las universidades arrancando de cero o tratando las situaciones particulares. Esa es mi intención, poder ayudar a nivel nacional en esa construcción o fortalecimiento de esa política institucional.

¿Cuáles son los desafíos de formar parte de este espacio?

Sin duda el contexto nacional en el que estamos, porque históricamente se han visto vulnerados o no garantizados los derechos de las personas con discapacidad, en este contexto es todavía más grave la situación. Una de las cosas que dije cuando me postulé es que en este momento es todavía más importante que las personas que trabajamos en el ámbito de la discapacidad estemos presentes en las instancias de gestión a nivel nacional. Es un momento en el que los derechos están siendo más vulnerados que nunca, por eso el contexto nacional es un desafío.

Hacia adentro de las universidades otro desafío que hemos visto entre quienes conformamos la RID, es la variedad de tipos de programas o de áreas que hay. No todas las universidades tienen un programa de discapacidad o no todos tienen la misma dependencia. Eso marca una gran diferencia a la hora de la gestión o del avance en temas de accesibilidad. En este sentido, nuestra Universidad tiene un programa a nivel de Rectorado y a nivel de Facultades y por eso estamos articulados. Hay universidades en las que el Programa depende de una Facultad, pero en el resto de ellas no se sabe que existe este espacio. Otras veces dependen de Departamentos, o hay equipos asesores de Rectorado porque no son un programa y esto genera una diferencia del impacto y de la sistematización de las cuestiones para adentro. Es un desafío que nos hemos propuesto abordar, con algunas recomendaciones de cuál debería ser la estructura o cómo deberían conformarse los equipos.

Otro desafío es ver qué debería pasar a nivel académico o institucional para que empecemos a generar cuestiones de accesibilidad, más allá de la matrícula de estudiantes con discapacidad que tengamos. Venimos intentando dar respuestas a los casos individuales, cuando deberíamos poder generar una política institucional que se prepare para recibir a los estudiantes. Hay muchos desafíos por delante.

¿Qué podés decirnos del trabajo que vienen realizando desde el Programa Universidad y Discapacidad?

Estamos en un momento de poder socializar el estado del Programa, los avances, las líneas de acción con candidatos y nuevas autoridades. Nuestra intención es que conozcan el trabajo que realizamos, más allá de quién quede en el Programa, para que se puedan tomar aquellos ejes que se considere que aportan a la política.

En este momento hay mucha gente involucrada, antes recaía en tres (3) o cuatro (4) personas la gestión de este Programa y hoy somos más de 60 personas involucradas de las distintas Unidades Académicas y estamentos. Esto ya es una diferencia en la presencia del Programa en la comunidad universitaria.

Además, hemos logrado formalizar espacios, como la creación de la revista en accesibilidad, algo casi inexistente en el contexto universitario. Poder crearla, con todo lo que implica, ha sido un logro que tiene el objetivo de la articulación, que la gente se conozca, que haya un espacio común donde publicar, que puedan surgir trabajos de investigación o de extensión.

Después estamos trabajando en un programa de formación continua para la Universidad en conjunto con la Secretaría Académica, que presentaremos en breve, con la idea que quede instalado en la Universidad para que toda la comunidad universitaria pueda acceder a distintos espacios de formación que abordan la accesibilidad y distintas temáticas.

Sumado a esto, la articulación con la Secretaría de Asuntos Estudiantiles y Bienestar Universitario (Saebu) ha sido muy importante. Al principio fueron reuniones y luego hemos logrado trabajar con becarios, formar parte de la comisión, generar actividades.

Con Secretaría General y con el área de infraestructura hemos implementado un sistema para el relevamiento de barreras físicas. La idea es empezar a trabajarlo con nodocentes, con Secretarías o espacios que nos indiquen. Esto generará una base de datos muy importante para los eventos, para saber dónde deberían ir las mejores, para saber cuáles son los espacios más o menos accesibles. Ese también ha sido un gran logro.

Estos ejemplos que he mencionado han sido construidos por miembros de todas las Facultades y estamentos.

Finalmente, estamos trabajando mucho con la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), con la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) y con la Universidad Nacional de Chilecito (UNdeC). En San Luis con la Universidad Nacional de Villa Mercedes (UNViMe) y con la Universidad Nacional de los Comechingones (UNLC) que también forman parte del CIN. Allí también se ha dado una articulación interesante que nos permite tomar las fortalezas de cada universidad e ir avanzando un poco más.

¿Algo más que quieras destacar?

Agradezco que realmente ha estado en la agenda de nuestros representantes en la Universidad, por ello agradezco mucho a las autoridades del vicerrectorado y de la Secretaría de Extensión Universitaria. Ha habido un compromiso real, que es lo que ha permitido que podamos hacer esto. Que, a pesar de todas las dificultades, hayamos podido tener presupuesto para cubrir becas, por ejemplo, fue muy importante. No se abandonaron las promesas y propuestas de trabajar en accesibilidad. Agradezco también a las personas que se han ido comprometiendo, que han traído ideas y que nos han permitido avanzar.

Invitamos a toda la comunidad universitaria, porque es imposible que recaiga sobre 60 personas las condiciones de accesibilidad de nuestros 15.000 estudiantes o de los equipos docentes y nodocentes. Hay muchos desafíos por delante, si la accesibilidad no es un objetivo de todos, se hace mucho más difícil. La accesibilidad no es responsabilidad de un Programa o autoridad, sino que se construye en el aula, con nuestros pares, con docentes y es necesario crecer culturalmente en la mirada de la accesibilidad y de la discapacidad.

 

Fuente: Prensa – UNSL

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