La motosierra le pegó fuerte a los subsidios energéticos: cuánto impactó en el poder de compra de los salarios
En ese lapso, las tarifas aumentaron 268% en el AMBA, según el observatorio de servicios públicos del IIEP. Además, el gas natural subió un 531%, el transporte un 601% y el agua un 331%. Esto da como resultado que, en promedio, la canasta de servicios públicos del Gran Buenos Aires trepó un 402%.
Por su parte, durante 2024 los salarios registrados crecieron 137,7% frente a una inflación de 117,8%, lo que implicó una mejora del 9% en términos reales, aunque entre los privados y los públicos hubo una fuerte disparidad. Los primeros se recuperaron un 13,7%; mientras que los haberes de los empleados estatales solo se incrementaron un leve 0,7%.
Sin embargo, frente a noviembre 2023 (previo al inicio del gobierno de Javier Milei) el promedio de los salarios registrados cayó 5,14%, lo que se explicó por la pérdida de 15,3% del poder adquisitivo de los empleados públicos, mientras que los privados se recuperaron apenas un 0,6% real.
Tarifas de servicios públicos: debate de tarifas
El debate sobre la necesidad de una «reestructuración» de las tarifas está presente desde 2016, cuando en aquel momento el gobierno de Mauricio Macri utilizó la analogía de las pizzas para minimizar el impacto del tarifazo. «Lo que una familia paga por la luz de un mes equivale al valor de una pizza», mencionaba por aquel entonces el ex ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. «Asustan los porcentajes cuando decís cuánto van a subir. Pero una factura que se pagaba $150 y pasa a $350, son $200, que también son dos taxis o dos pizzas», añadió por aquel entonces Prat-Gay.
Sin embargo, en esa época Argentina aún registraba los salarios en un umbral alto. El máximo histórico de haberes en 2017 alcanzó un valor de u$s1.832 brutos, mientras que el Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) se ubicaba en u$s543,56 (eran $8.806 en mayo de 2016). Por aquel entonces, las tarifas representaban un porcentaje ínfimo de los salarios, por lo que los hogares una mayor capacidad de consumo.
Por su parte, en noviembre pasado, la mediana de la remuneración bruta, que mide la situación y evolución del trabajo registrado (SIPA), se ubicó en $1.077.793 (u$s887,50 al dólar CCL), aunque grandes sindicatos como Comercio registraron salarios de entre $855.620 y $906.452, dependiendo de la categoría.
El SMVM, en tanto, llegó en el undécimo mes de 2024 a $271.571 (unos u$s223,62). Y la canasta de servicios públicos en ese mes llegó a $134.173. Esto implica que insumió un 49,40% del salario mínimo, mientras que acaparó el 15,23% de una remuneración de un empleado de Comercio (promedio entre ambos extremos. Teniendo en cuenta la mediana, abarcó el 12,45%).
Asimismo, la canasta de servicios públicos se ubicaba en $28.651 en diciembre 2023 e insumía un 4,4% del promedio de salario de ese mes ($651.242, según la mediana de la remuneración bruta del SIPA), mientras que el SMVM se posicionaba en $156.000, por lo que acaparó el 18,4% del haber mínimo. El sueldo de un empleado de Comercio en ese mes se ubicaba entre los $441.108,34 y los $467.314,17, con lo cual, en la medinaa se llevaba el 6,3%.
De esta manera, los servicios pasaron de insumir una porción mínima del salario a un gasto fijo que se multiplicó por tres y cuatro, dependiendo el caso, lo que llevó a que los hogares tengan un poder adquisitivo más reducido.
Tal es así que, según la última encuesta de opinión de Proyección Consultores, los argentinos tienen como principal preocupación no llegar a fin de mes (36,2%), mientras que en segundo lugar quedó la inseguridad y el crimen (27,8%) y en tercer lugar que el país entre en una crisis total (19,6%).
Además, el informe «Brújula Social» de consumo de Pulso Research muestra que el 70% de los argentinos tuvo que resignar en el último mes algún tipo de consumo. Entre ellos, se destacó que el 38,9% redujo la compra de alimentos, comida y bebidas en general, mientras que otro 17% recortó en la carne que ingiere y un 21,9% limitó la cantidad de salidas en general como a ir a restaurantes, al teatro y al cine.
El consumo masivo tuvo en 2024 el peor año desde 2002, en la salida de la convertibilidad. Cayó un 18% interanual en diciembre y acumuló una retracción de 13,9% en doce meses, según el relevamiento de la consultora Scentia.
Fuente: ambito.com