A un año del crimen de Báez Sosa: el plan para matar a traición y qué le hace falta a la Justicia para llevar a los rugbiers a juicio

Habían pasado casi cinco horas desde el asesinato de Fernando Báez Sosa cuando el celular de Diego Escoda, fiscal general de Dolores, empezó a sonar. Del otro lado del teléfono, el fiscal Walter Mercuri, que en ese momento se encontraba de turno, le informó lo que había pasado en la puerta del boliche Le Brique, en Villa Gesell.

Acostumbrado a las riñas callejeras (“que suelen terminar en lesiones”), sobre todo en la Costa Atlántica y en verano, Escoda, de 48 años, dice que le costó digerir la noticia. “Recuerdo que lo primero que le pregunté es: ‘Pero cómo, ¿lo mataron? ¿lo mataron?’. Se lo pregunté varias veces, agrega a Infobae.

A un año del crimen, uno de los más resonantes de la historia argentina reciente, el fiscal general recibe a Infobae en su despacho del Palacio de Tribunales de Dolores, para contar las últimas novedades de la causa que, tras diez meses de investigación, espera que se defina el pedido que en noviembre del año pasado hizo la fiscal Verónica Zamboni para que los rugbiers acusados sean enviados a juicio oral por el delito de homicidio agravado por alevosía.

De cara al juicio (“la idea es realizarlo este año”, dice Escoda) los ocho imputados, actualmente detenidos en la Alcaldía N° 3 de Melchor Romero en La Plata, deberán decidir entre la posibilidad de un juicio por jurados o con un tribunal de tres jueces. Por otro lado, esperan otra decisión: que el juez de Garantías de Villa Gesell David Mancinelli resuelva su pedido de prisión domiciliaria. ¿Cuáles son los próximos pasos?

Fideos con tuco: los acusados días antes del crimen en la casa que alquilaban en Villa Gesell. Fideos con tuco: los acusados días antes del crimen en la casa que alquilaban en Villa Gesell.

Un plan siniestro

De acuerdo con el fiscal general de Dolores, y según consta en el pedido de elevación a juicio de 343 páginas, el asesinato de Fernando Báez Sosa estuvo planeado y hubo una división de roles para atacar a traición.

“Lo que se sostiene es que hubo un altercado, una pelea previa dentro del boliche, entre los amigos de la víctima, la víctima y estos muchachos. A raíz de este altercado, a los ocho imputados los sacan del lugar”, explica Escoda, acerca del momento que quedó registrado por las cámaras de seguridad del local bailable Le Brique, donde ambos grupos coincidieron esa noche.

Una vez en la calle, para ejecutar el plan, los ocho rugbiers se dividieron: cinco de ellos (Máximo Pablo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Franco Benicelli y Blas Cinalli) fueron a buscar a Fernando, “lo tomaron desprevenido y de espaldas” y “comenzaron a golpearlo en distintas partes del cuerpo”. Cuando el joven de 18 años cae al piso, y “aprovechándose aún más de esa situación de indefensión”, proceden darle un golpe brutal, una patada que le provocó su deceso en forma casi inmediata, al causarle “un paro cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo de cráneo”.

 

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