Fuga de cerebros, ahora por internet

Ni sequía, ni falta de dólares para importar: la economía del conocimiento, el tercer complejo exportador, tiene problemas bien distintos al agro y a la industria. Con desempleo creciente en el país, este sector tecnológico tiene pleno empleo y le cuesta encontrar trabajadores. El fenómeno se agravó ante lo que los empresarios llaman «la formación de un mercado paralelo” de profesionales que abandonan sus empleos, para trabajar en forma remota e independiente para el exterior, y cobrar en dólares. Las empresas manifiestan que dejan de tributar, y que la falta de personal es una de las causas de caída de las exportaciones de un sector que venía creciendo.

“Lo que era marginal, ahora es masivo, a las empresas se les van los empleados”, aseguró Luis Galeazzi, director ejecutivo de Argencon, la entidad que agrupa a las empresas de economía del conocimiento. En un zoom realizados por empresarios del sector, del que participó PáginaI12, plantearon que este tema es el fenómeno que actualmente “más afecta” al ecosistema. Si bien todavía no hay estadísticas oficiales sobre la tendencia, Galeazzi graficó: “En una pyme de 200 empleados, se le acaban de ir 15 personas”.

La actividad freelance es habitual en las profesiones relacionadas a la economía del conocimiento. Sin embargo, se profundizó con la brecha cambiaria. Un programador que en una pyme en relación de dependencia tiene un sueldo neto de 150 mil pesos puede conseguir empleo en el exterior a través de plataformas digitales como mínimo por 2000 dólares, que sería alrededor de 300 mil pesos. La entrada de dólares no se realiza en el mercado formal sino a través de mecanismos como compra y venta de bitcoins para hacerse de los dólares a la cotización paralela.

“Te dicen que están felices en las empresas, pero les pagan mínimo 50 por ciento más y en dólares, no podemos competir”, manifestó durante el zoom Ángel Pérez Puletti, Ceo de Baufest, una empresa que brinda soluciones de software. Los empleados que consiguen estos trabajos suelen ser los más calificados, formados en su mayoría en universidades públicas, como la UBA y la UTN.

“Hay una nueva fuga de cerebros, que se da vía escritorio”, aseguró Pablo Vittori, quien realiza consultoría en innovación. Las empresas intentan retener a los trabajadores: les dicen que tengan en cuenta que dentro de una empresa pueden hacer carrera, tener capacitaciones, que hay prepaga para toda la familia, vacaciones pagas, aguinaldo, beneficios corporativos y estabilidad laboral, contra lo que sería un trabajo freelance. Con estos ingresos indirectos, el freelancer debería facturar 2300 dólares para cobrar 150 mil pesos durante todo el año, opinó Christian Fucinos, socio de Deloitte.

Según los empresarios, este fenómeno tiene consecuencias negativas para el país. Por un lado, afirman que este “mercado paralelo” no genera divisas, debido a que no se liquidan en el mercado formal, por lo que tampoco tributan. Pero el problema más grave que encuentran es que ante la pérdida de talentos, las empresas pierden competitividad y no pueden expandirse. “No podemos vender más servicios al exterior porque no tenemos gente”, aseguró Emiliano Galván, ejecutivo de Wunderman Thompson Argentina, una agencia creativa de consultoría y tecnología.

La falta de trabajadores tiene incidencia en la macroeconomía: según Galeazzi, es una de las causas que explican por qué las exportaciones del sector de economía del conocimiento, el tercer complejo exportador, caen hace 10 trimestres. Los empresarios manifestaron que se rompe la cadena formativa y la capacitación permanente que se da en las empresas y pymes; se pierde competitividad en favor de los países que se valen de recursos formados en Argentina y, la pérdida de talentos implica menos innovación y posibilidades de sumar proyectos globales.

La problemática ya fue elevada al Ministerio de Desarrollo Productivo, que tiene una mesa de economía del conocimiento con empresas y trabajadores. A la cartera que conduce Matías Kulfas le interesa particularmente este sector, debido a que genera divisas y empleos federales, que pueden realizarse desde cualquier parte del país.

Ante la consulta de este diario de por qué no se otorgan mayores incentivos, como aumentos de sueldo, explicaron que la competencia es «asimétrica», debido a que las empresas liquidan al dólar oficial y pagan los aportes y contribuciones, contra un empleo freelance en plataformas que no pagan impuestos.

En este sentido, plantearon que una «solución» sería que se cierre la brecha cambiaria, o por el contrario, permitir el “desdoblamiento” del mercado de cambios. “Una mejora en el ingreso empresario te da un margen para aplicar mejoras salariales”, opinó Galeazzi. Otra solución que sugirieron es tener un régimen similar al del decreto de 234 de fomento a las exportaciones. Y por último, propusieron aumentar las fiscalizaciones en las plataformas freelancers para que estén registradas, y así los pagos se liquiden y tributen en la formalidad, y así “achicar la asimetrías”.

 

Fuente: Pagina 12 –

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