La protesta en Buenos Aires en contra de la violencia machista, que se tiñó de violeta e incluyó bombos e intervenciones musicales y artísticas, se extendió desde el Congreso de la Nación y recorrió Avenida de Mayo hasta la Nueve de Julio.

A su vez, las manifestantes exigieron una reforma judicial feminista, Ley Integral Trans y una efectiva aplicación de la Educación Sexual Integral (ESI) así como de la Ley Micaela, como herramientas para luchar contra la violencia de género.

Los familiares de víctimas de femicidios y mujeres que sufrieron violencia de género también estuvieron presentes para exigir justicia, en un contexto en el que se registra un femicidio cada 34 horas, según datos de la Oficina de la Mujer (OM) de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

«Hoy se cumplen seis meses de que mi hija está desaparecida», manifestó a Télam María Roldán de la ciudad de El Jagüel, partido de Esteban Echeverría, y madre de María Luján Barrios, quien remarcó que su hija «tiene cuatro hijos que la están esperando».

«Estoy en la lucha como todas las madres. Hoy es la mía y mañana no sé quién más puede ser, así que estoy acá y seguiré luchando por mi hija hasta que aparezca y por mis nietos», sostuvo Roldán.

Las niñeces también estuvieron presentes en la marcha, como es el caso de Ana, de 11 años, quien expresó: «Me pone triste saber cuántas mujeres mueren simplemente por ser mujeres», y levantó un cartel exigiendo «Ni una menos, no al patriarcado, justicia, nos queremos vivas».

Por su parte, Ingrid, mamá de una niña trans de 7 años y miembro de la asociación Infancias Libres, contó que acompaña el pedido «a favor de las compañeras que reclaman el Ni Una Menos y también para reclamar por Ni una niña trans menos», y agregó que «el colectivo trans tiene una expectativa de vida de 40 años».

«Las infancias trans son infancias que se invisibilizan, ya sea en las escuelas, en los centros de salud, en todos lados. Por eso estamos acá, para acompañar esta lucha» continuó.

Y agregó que «son las vidas de nuestros hijes los que están en juego, queremos que nuestros hijos lleguen a viejes».

Muchas de las manifestantes presentes ya habían asistido a marchas anteriores, pero también hubo quienes participaron por primera vez, como es el caso de Micaela, de 32 años, oriunda de Tierra del Fuego, quien manifestó que encontrarse con «todo este mundo violeta y verde por primera vez es increíble».

Asimismo, activistas que recordaron la primera marcha del Ni Una Menos en 2015, remarcaron la importancia de seguir luchando y de implementar herramientas de manera «urgente»: «Necesitamos que esto no se repita, y para eso tenemos que hacer una implementación real de la ESI, y aplicación de la ley Micaela en todos lados, es fundamental», señaló Noemí, que asistió a todas las marchas del movimiento.

Entre las organizaciones políticas que estuvieron presentes se encuentra el Movimiento Evita, Libres del Sur, Izquierda Latinoamericana, Movimiento Socialista de los Trabajadores, Peronismo por la Ciudad, y entre los movimientos sociales está Barrios de Pie, Libres y Diversas y Mamá Cultiva.

En el marco de la movilización, colectivos feministas acordaron en un documento reivindicaciones que van desde una reforma que garantice el acceso a la justicia a las mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y no binaries y castigue el asesinato de mujeres, y pidieron la aplicación en todo el país de la ley de interrupción voluntaria del embarazo.

El texto tiene 41 puntos de reinvidicaciones, entre las que destaca en primer lugar «¡Basta de Justicia patriarcal!» y se reclama «una reforma judicial feminista que garantice el acceso al sistema de justicia para mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y no binaries».

Si bien la marcha tuvo su epicentro en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la protesta se replicó en varias ciudades de todo el país, entre ellas La Plata, Rosario, Mar del Plata, Viedma, y en las provincias de Mendoza, Formosa, Corrientes, Jujuy y Tierra del Fuego.

Fuente: Tiempo Argentino