“Lo que me pasó a mí es que no me di cuenta cómo había empezado a naturalizar ciertas conductas de violencia. Eso es muy importante para tener en cuenta. A mí, también me decían ‘cuidate, estate a atenta’. Una no se empieza a dar cuenta o dice ‘debe ser así’. Es importante saber que cuando hay una situación de violencia laboral no es de una persona sola”, explicó Viteli.

“Son muchas situaciones de microviolencia. Lo llamo así porque es una cosita y otra cosita que a mí me cambió la personalidad. Estaba para abajo, me robaron la sonrisa. A tu casa te vas puteando y llorando. Es la realidad permanente”, continuó la nutricionista.

Por su parte, Pistiner apuntó: “Es muy difícil hablar de estos temas porque hay muchas cosas que en los medios no se dicen y se saben, pero no se dicen porque además, el que las dice después se queda sin trabajo. No llegué a tener un vínculo muy grande con él, porque estuve muy poquito tiempo, fue un reemplazo de verano que hice de un mes y medio máximo. Yo le tenía un poco de miedo”.

Eugenia Morea lanzó la denuncia más grave: “El problema no éramos nosotras, el problema eras vos Laje que me maltratabas delante de la gente, pero por WhatsApp me decías que estabas enamorado de mí o ‘ay, cómo te viniste vestida hoy, lo hacés para provocarme’ y tantas cosas más. Violencia laboral y acoso sexual es la patología de este depredador psicópata”, escribió en Twitter.

El colectivo de periodistas y comunicadoras Periodistas Argentinas expresó su posición a través de las redes sociales, con el hashtag #BastaDeViolencia y arrobó las cuentas de Vitelli y Morea.